La mayoría de las instituciones aún depende de flujos fragmentados, validaciones manuales y sistemas que no se comunican entre sí. El resultado es un cuello de botella invisible: solicitudes que se detienen, áreas que trabajan en silos y clientes que, simplemente, se cansan de esperar.
En un entorno donde la inmediatez se ha convertido en la nueva moneda del negocio, automatizar la aprobación de productos financieros marca la diferencia entre captar y perder un cliente.
El costo de la lentitud
Cada proceso lento tiene un costo oculto: tiempo, dinero y reputación. De acuerdo con McKinsey & Company, en su estudio Next-Generation Operating Models for Banking (2022), las instituciones que digitalizan de forma integral sus flujos de aprobación reducen los tiempos de respuesta hasta en 80% y aumentan sus tasas de conversión en más de 30%.
La razón es simple: cuando la decisión llega en el momento adecuado, la intención de compra sigue viva. La experiencia del cliente mejora y los equipos comerciales pueden enfocarse en generar valor, no en dar seguimiento a procesos.
La automatización, bien implementada, no solo acelera: transforma la manera en que los bancos operan, colaboran y venden.
Se puede hacer más fácil
En la práctica, los obstáculos más grandes no siempre son tecnológicos, sino estructurales. Las áreas no comparten la misma información, los datos se duplican y los flujos se detienen por aprobaciones dispersas.
En respuesta a ese reto, distintas instituciones han comenzado a adoptar soluciones que integran sus procesos internos en un solo flujo. ART (Approval in Real Time) es un ejemplo de cómo la automatización desarrollada está marcando pauta en la región: una plataforma que conecta áreas comerciales, de riesgo, cumplimiento y tecnología dentro de un mismo entorno digital.
El impacto es tangible: operaciones más ligeras, equipos más coordinados y una respuesta más rápida al cliente.
Productividad que se nota
La automatización no solo beneficia al usuario final; también transforma la dinámica dentro del banco. Con flujos más integrados todo en uno, los equipos trabajan con menos estrés, mayor eficiencia y una visión más completa de los procesos.
El informe Accenture “Banking Top Trends 2024” señala que los bancos que integran automatización e inteligencia de datos en su operación alcanzan niveles de productividad hasta 50% mayores, además de reducir de forma significativa los costos de validación y los errores humanos.
En otras palabras, cada segundo ganado dentro del flujo interno es una oportunidad más de cerrar un nuevo crédito. Automatizar no es una tendencia tecnológica; es una estrategia comercial que fortalece las ventas, la satisfacción y la reputación.
La tecnología no sustituye la decisión humana, sino que la potencia, la maximiza. ART (Approval in Real Time) es parte de esa visión: infraestructura digital que conecta datos, decisiones y personas sujetos de crédito, en tiempo real.